Para analizar


Diversidad

Diferencia, variedad, disparidad, pluralidad, complejidad, heterogeneidad, multiplicidad.



Como parte del tema relacionado con diversidad, les comparto un extracto del documento "Diversidad y Equidad: Paradigma Educativo urgente para la Costa Rica en vías de desarrollos", realizado por la Dra. Leidy Meléndez Rodriguez de la Academia de la Universidad Nacional de Costa Rica, en el año 2004:

Diversidad y equidad

La equidad es la razón congruente con la naturaleza de las cosas” (Cicerón).

Cada Estado firmante en los Encuentros Mundiales de Tailandia 1990 y Dakar 2000 quedó comprometido, de cara al desarrollo y antes del 2015, a diagnosticar la situación educacional de su país en general y de cada cultura interna o grupo identificado en particular; así como a plantear un cambio o reforma educativa estratégica para superar las falencias generales o particulares de cobertura detectadas en ese diagnóstico. Dicha reforma debía ser capaz de superar las crisis locales, regionales y globales, además de proponer acciones efectivas de desarrollo para que cada identidad personal y cultural representada en el Estado y a la que ese Estado representa, pudiera beneficiarse de una educación ni más ni menos buena sino ajustada a su propia naturaleza.

Y, cuando nos referimos a “una educación ni más ni menos buena sino ajustada a su propia naturaleza” es cuando se hace necesario definir lo que diversidad y equidad significan en la oferta educativa nacional, justo en este momento histórico; no porque antes  no hayan tenido tal significado, sino porque hasta ahora lo develamos, en tanto lo padecemos con agudas contradicciones que van mermando el tiempo que tenemos para reaccionar ante los certeros golpes del subdesarrollo, que descuellan más agudamente en el sector de nuestros excluidos de la educación, que se agrupan entre:

·         Los que no han tenido y no tienen medios para llegar a la escuela.
·         Los que llegando reciben un trato en desventaja por razones personales y culturales (población indígena, rural marginal, urbana marginal, migrante empobrecida, con necesidades educativas especiales).
·         Los que asumen el fracaso escolar como propio y huyen del sistema

En el marco de nuestra discusión, es urgente que por diversidad podamos comprender: “una condición de la vida en comunidad, cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores culturales de un mismo ambiente. Donde, tanto relación como variedad, aseguran y potencian la vida de todos los habitantes de esa comunidad (Meléndez, 2002,).

Por lo tanto, cuando abogamos por la atención a la diversidad en el ámbito educativo, lo hacemos en virtud del respeto por la naturaleza de las cosas. O sea, que la naturaleza humana, que es esencialmente diversa, cuando es asumida desde la Educación para Todos y para ser consecuente entre sí, sólo puede hacer referencia a una educación lo suficientemente diversificada para que alcance a las diferentes realidades, personales y culturales, en igualdad de oportunidades pero no en igual forma. Ya que, intentar llegar a Todos mediante un trato igualitarista, implicaría poner al soslayo las diferencias que humanamente nos definen como personas y como culturas.

La equidad le subyace la legitimación de las diferencias personales y culturales, que las diferencias definen nuestras identidades y que todas las identidades ostentan igual valor humano. Aclaro además, que no son las diferencias las que determinan un trato injusto sino el desigual valor con que se asumen. Y, a menor valor atribuido menor inclusión en las oportunidades de desarrollo, a mayor valor atribuido más posibilidades de contar con oportunidades para el desarrollo.

El principio de equidad en la oferta educativa costarricense

Hay igualdad entre los grupos social y culturalmente diferenciados, que se respetan mutuamente y se afirman unos a los otros en sus diferencias” (I. Young, 1990).

Cuando la UNESCO promovió su consigna de “Educación para Todos” en Tailandia en 1990, lo hizo con suma claridad de que ese Todos refería enfáticamente a todos los excluidos de las oportunidades de desarrollo designados, en gran medida, por la falta de acceso y de permanencia en las posibilidades educativas. Pero además, con la conciencia de que en ese Todos confluye la infinita diversidad de los procesos vitales, personales y culturales, sobre los que se asegura y potencia la vida de Todos.

En otras palabras, Educación para Todos demanda que nadie debe quedar excluido de una educación eficiente para remontar las carencias en pos del desarrollo y que esa educación debe calzar asertivamente para cada una de las identidades, personales y culturales, que ocupan un válido lugar en ese Todos.

Costa Rica cuenta con distintos diagnósticos actualizados acerca de la realidad de nuestro sistema educativo. Algunos de esos diagnósticos se localizan en estudios más deslindados, realizados por distintos institutos o comunidades de investigación. Otros tienen la intención de cubrir las condiciones en nivel nacional como los que se incluyen en los informes anuales del Estado de la Nación o los más recientes acerca del rezago escolar. Y otros pueden interpretarse de aspectos más específicos como son los reportes de matrícula, repitencia o abandono escolar, que posee el Departamento de Estadística del Ministerio de Educación o de los resultados obtenidos en la aplicación de pruebas de estado, como los que publica el Departamento de Pruebas Nacionales de esa misma institución. Con lo que podemos decir, sin lugar a dudas, que se cumple la demanda inicial de Jomtien, en tanto nuestro país tiene un conocimiento preciso y datado de sus principales logros y necesidades en el campo educativo.

Resulta imposible aspirar a una Educación para Todos mientras los llamados a lograrlo continúen en la búsqueda de una norma de calidad, asegurando que la diferencia interfiere negativamente en los índices de desarrollo y en los estándares de conocimiento.

Es urgente hacer ver a los responsables de diseñar y administrar la Educación que las oportunidades de desarrollo se construyen con la participación equitativa de todos los miembros de una comunidad escolar inclusiva; que es esencialmente diversa y que, cuanto más diversa sea, más alternativas podrá aportar a la lucha permanente por el desarrollo, la justicia, la salud, la seguridad, la paz y la sobrevivencia.

La esperanza del desarrollo -cimentada en la socialización del conocimiento- me lleva a recalcar que el aprendizaje y el dominio técnico comprometen en forma directa a nuestro sistema educativo. Por lo que dicho sistema debe hacer un importante esfuerzo por adoptar propuestas eficaces para el desarrollo del pensamiento y hacerlas prevalecer por encima de la información atomizada y efímera que usualmente se incluye en los programas educativos.

Aunque en gran medida resulta válido escudarnos en la falta de recursos económicos para avanzar en el mejoramiento de la Educación, la propuesta de eliminación de contradicciones internas, que aquí ha sido expuesta, no requiere más que de valentía para tomar las decisiones necesarias y de gobernabilidad para hacer los cambios sustanciales con el fin de liberar el camino hacia donde queremos llegar en términos de desarrollo sostenible. Propuesta que además incluye, por supuesto, una excelente disposición y voluntad política para reorganizar los recursos en el marco de una transformación reflexionada y planificada de nuestro sistema educativo. Los cambios más importantes para el mejoramiento, al menos en este momento, no dependen de grandes inversiones; sino de una visión lógicamente dirigida hacia la consecución de una atención inclusiva a la diversidad, con calidad y con aspiraciones inteligentes que hagan salir a nuestra Educación de la retaguardia de los países desarrollados.


                                                                           
                                                                                                Autor: Julissa Bustamante §



Referencias

Meléndez, L. (2001). Medición con referencia a normas. Declaración pública de un naufragio educativo. Costa Rica: En prensa.

Meléndez, L (2002). Educación para la Diversidad en una Sociedad del Conocimiento. Colombia: Universidad de Manizales.

Meléndez, L. (2004). Diversidad y equidad: paradigm educativo urgente para la Costa Rica en vías de desarrollo. Costa Rica. Revista Parlamentaria.

Young, I. (1990). Justice and the Politics of Difference. New Jersey: Princeton University Press.